Lo que comenzó como un viaje de tres meses a Malasia se transformó en una aventura de tres años por el Sudeste Asiático y Nueva Zelanda. Después nació Lucas y con él llegó una nueva manera de viajar.
En su charla, Sandra compartirá cómo ha sido pasar de viajar en pareja a viajar en familia. Cómo han cambiado sus ritmos y su forma de planear. Contará cuál es su experiencia, así como los retos y aprendizajes que han vivido al integrar a Lucas en su vida viajera.

En su primer gran viaje, Sandra y Pablo recorrieron países como Filipinas, China, Myanmar, Laos, Camboya y Vietnam, con Tailandia como su base. En la pequeña ciudad de Lampang, cerca de Chiang Mai, encontraron un lugar muy especial. Tanto, que a Sandra le ofrecieron trabajo como profesora de inglés y Pablo se adentró en el mundo del masaje tailandés, que hoy es su profesión.
A poco de iniciar su viaje, nació «Desenfocando el Camino», un blog en el que comenzaron a compartir sus experiencias, aprendizajes y reflexiones sobre viajar fuera de los márgenes establecidos. Más que una guía de viajes, se convirtió en un espacio para inspirar a otros a explorar con una mirada más abierta, alejándose de lo predefinido.

Viajaban en autostop o en transportes locales, dejándose llevar por el camino sin un plan fijo, lo que los llevó a lugares sorprendentes y remotos: un camping abandonado en plena selva de Malasia, desayunando gusanos en una humilde casa con techo de hojas en Tailandia, o descubriendo pueblos olvidados por los mapas en Myanmar.
Les encantaba mezclarse con la cultura local, vivirla desde dentro, aprender de las tradiciones y modos de vida auténticos. Un claro ejemplo de ello fue su mes en las montañas de Wudang, China, donde practicaron kung fu en una escuela tradicional, experimentando de cerca la espiritualidad y la filosofía de esa región. Cada día era una nueva aventura, una invitación a lo inesperado.



Después de medio año trabajando en Tailandia, consiguieron un visado de trabajo en Nueva Zelanda, donde pasaron nueve meses recargando energías y ahorros antes de continuar su ruta por Indonesia, India y Tailandia. En el camino, se cruzaron con familias viajeras y se enamoraron de su luz y capacidad de adaptación. Inspirados por estas experiencias, emprendieron su siguiente gran viaje: el de la paternidad/maternidad.
Tras un camino no exento de dificultades y varias pérdidas gestacionales, llegó Lucas para mostrarles otra manera de viajar.
Con solo dos meses, hicieron un viaje piloto a Fuerteventura para comprobar cómo se adaptaban a esta nueva dinámica. La experiencia fue un éxito: aprendieron a viajar a otro ritmo, sincronizados con los tiempos de su bebé. Si él dormía, ellos también; si necesitaba parar, se adaptaban. Descubrieron que su lugar en el mundo seguía siendo el viaje, pero ahora en familia.

Decidieron tomarse un año de excedencia y recorrer Europa. Para facilitarlo, recurrieron a la plataforma de intercambio de casas HomeExchange y a la de housesitting TrustedHousesitters. Así, comenzaron una ruta con estancias de alrededor de uno o dos meses en distintos países, cuidando casas, perros, gatos (incluyendo asistir al parto de una gata en un castillo en Francia) y gallinas, disfrutando de sus huevos frescos.
En todo este proceso, Sandra se dio cuenta de algo clave: quería demostrar que la idea de que «cuando seas madre, se acabaron los viajes» no podía estar más equivocada. Tras trabajar como tour leader en una agencia de viajes, decidió crear su propio proyecto: Corriente a Favor. Inspirada en el viaje y en la idea de las ballenas de su logo, que fertilizan los océanos en sus migraciones, busca ser esa corriente que impulsa a otras familias a viajar, dejando una huella positiva en las comunidades que visitan.



Sandra se formó en fisioterapia, medicina tradicional China, qigong y taichi. Esta formación de Taichi en España le impulsó a querer seguir estudiando donde había aprendido su maestro. Así, en 2013 fue a la escuela en las montañas de Wudang en China durante un mes, donde se dio cuenta de que quería seguir explorando el mundo con todas sus facetas, diferentes culturas, sabores y formas de ver el mundo. Esto sería la semilla de los futuros dos grandes viajes que hizo en pareja y después en familia.




