«Dos años de aventura en barcoestop alrededor del mundo.»
Dejó su trabajo para ayudar a llevar un velero desde Cartagena hasta Buenos Aires en un viaje que debía durar dos meses. Al cabo de tres semanas, en Cabo Verde, el viaje se truncó, pero gracias al barcoestop formó parte de tripulaciones que lo llevarían primero hasta el Caribe, después a la Polinesia francesa, luego a recorrer el resto de la Polinesia hasta Nueva Zelanda y, por último, hasta Australia.
Un viaje improvisado de principio a fin, dejándose llevar por las circunstancias y el momento. Un viaje con recuerdos inolvidables como una tormenta de dos días, las noches con la Vía Láctea sobre la cabeza, un baño nocturno en una solitaria playa de Nueva Zelanda iluminada por el plancton fosforescente, la increíble gente de las Vanuatu o visitar los solitarios atolones de las Tuamotus.
Desde Australia regresó a casa en avión, por aquello de cambiar mar por aire…
Más información: www.albertgirones.com
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