A pie de España a Irán

Santiago Sánchez Cogedor, originario de Alcalá de Henares, es un deportista, aventurero y soñador que ha dedicado gran parte de su vida a viajar por el mundo. 

Ha trabajado en orfanatos en Sudamérica y Jordania y ha pasado mucho tiempo en campamentos de refugiados en Grecia. 

Santiago es un gran defensor de los derechos humanos y, allá donde va, planta árboles, recoge plásticos y conciencia a la gente sobre la necesidad de ahorrar agua, transmitiendo valores como la solidaridad y la empatía.

En 2019 dejó su trabajo e inició un gran viaje en bicicleta. Fue desde Madrid a Arabia Saudí en bicicleta para ver jugar al Real Madrid. Llegó hasta su destino y en vez de volver en avión… regresó a España pedaleando. 

En este viaje recorrió 25 países y algo más de 15.000 kilómetros. Pero en su regreso le pilló el cierre de fronteras por la COVID19 y tuvo que permanecer cinco meses en Grecia. Decidió acudir a los campos de refugiados, a Nea Kabala, donde enseñó a los niños a boxear y a jugar al fútbol y les devolvió la sonrisa que no tenían. Esta fue una experiencia que a Santiago le cambió la vida. Aprendió que “la felicidad no es tener y acumular cosas materiales, sino la felicidad son momentos y experiencias, y si son buenos valen doble”.

Animado por aquel viaje, en enero de 2022, Santiago inició otro gran viaje, pero esta vez a pie desde España con el objetivo de llegar al Mundial de Fútbol de 2022 en Qatar. Durante su travesía, recorrió más de 6.500 kilómetros, sus pertenencias en un carrito con las cosas más necesarias. Su ruta lo llevó a través del sur de Europa (Francia, Mónaco, Italia, San Marino, Albania, Grecia) hasta Turquía, donde interactuó con las comunidades locales, especialmente con los niños, documentando su viaje en su cuenta de Instagram. Y recogiendo basura a la vez que llevando a cabo campañas de sensibilización con jóvenes del país.

Sin embargo, al entrar en Irán su viaje tuvo un contratiempo inesperado y durísimo. Tras diez meses de viaje, el 2 de octubre de 2022, Santiago llegó a la frontera del Kurdistán iraní. Allí, un chico que había conocido en el viaje anterior, le propuso visitar la tumba de Mahsa Amini. Mahsa fue una joven iraní que, tres semanas antes, había sido arrestada por la “policía de la moral” y llevada a una comisaría donde fue torturada y, en circunstancias aún no aclaradas, murió tres días después, el 16 de septiembre. Esto provocó una gran indignación a nivel mundial y una ola de protestas en Irán y otros países de la región, en las que las mujeres se quitaban el velo islámico en público y se cortaban el pelo. Estos hechos fueron ampliamente cubiertos por la prensa mundial.

Cuando Santiago estaba cerca de la tumba de Mahsa Amini le hicieron una fotografía con ella, lo que desembocó en su detención y posterior arresto en una de las cárceles más peligrosas del país. Fue acusado de terrorismo y espionaje y condenado a muerte. Estuvo 15 meses encarcelado en Teherán… De su paso por la cárcel destaca la hospitalidad de los presos que estaban con él: “Me han cuidado de una forma brutal. Me trataban como uno más y me intentaban ayudar en cualquier cosa, eso es algo inolvidable”.

El embajador español en Irán fue crucial para su puesta en libertad: logró que Santiago pasara a disposición judicial y lo presentasen a juicio antes de liberarlo. Su fuerte carácter y su fortaleza física y mental le ayudaron a sobrevivir a aquel infierno

Ha publicado un libro de esta experiencia: “Cómo sobreviví 15 meses entre rejas” en el que explica su vivencia, y su nuevo gran viaje interior en el que se conoció y supo encontrar la manera de salir adelante y resistir ese mal trago.