Esta actividad reúne a Ana Luja y Josu Larrabeiti con Roge Blasco, el mítico presentador de «Levando Anclas» y «La casa de la palabra».
En 2005, Ana y Josu dejaron sus trabajos, vendieron su piso y se lanzaron a recorrer el mundo. Arrancaron hacia Asia a bordo de su furgoneta Iveco 4×4, que habían camperizado para vivir en ella. Atravesaron Siberia hasta Mongolia y después cruzaron Asia Central hasta Turquía. Desde allí se dirigieron a Siria y Jordania.
De vuelta a Turquía cruzaron Irán hasta Pakistán, India y Nepal. Disfrutaron muchísimo recorriendo los Himalayas en estos tres países. Tuvieron una experiencia preciosa en el trekking del Annapurna, con un contacto muy directo con la gente en una época en la que casi no había turismo debido a la situación política que acabó por derrocar a la monarquía nepalí.
De vuelta en Pakistán, ya en 2006, también de trekking en la Karakorum, Ana se rompió un menisco y tuvieron que volver rápidamente a Bilbao.
Después de la operación de rodilla, comenzaron en 2007 un viaje por Norteamérica. Eligieron esta vez un viaje más confortable, a sabiendas de que la otra rodilla de Ana también estaba tocada. Volaron a Miami, donde tenían unos amigos cubanos. Ellos les ayudaron a comprar una furgoneta, con la que recorrieron Estados Unidos, México y Canadá, para revenderla al final del viaje.
De vuelta en Euskadi, hubo que operar la segunda rodilla. En 2009 se embarcaron en otro viaje por las Américas.
En Miami, con ayuda de sus amigos cubanos compraron un pick up americano y una célula cámper, y se dirigieron al sur.
Atravesaron México para llegar a América Central. Les gustó sobre todo Guatemala, un país en el que están muy vivas las tradiciones indígenas. Al llegar a Panamá embarcaron el vehículo hasta Colombia, ya que el Estrecho del Darién no se puede cruzar por tierra.
Una vez en América del Sur, a la hora de decidir la ruta, la montaña les llamó y se dirigieron hacia los Andes. Han subido a varias cumbres de más de 5.000 metros e incluso a dos de más de 6.000 (Chachani en Perú y Uturunco en Bolivia). O sea que las rodillas de Ana estaban bien operadas.
Durante los años 2010 y 2011 estuvieron recorriendo Sudamérica. Cuando estaban en Perú aparcaron la camioneta en Yurimaguas, se compraron unas hamacas y navegaron por el río Amazonas hasta Iquitos.
Vendieron la célula cámper en Argentina y el pick up en Paraguay y estuvieron varios meses de mochileros por Brasil. Como el Amazonas les había encantado, hicieron otro tramo desde Porto Velho hasta la desembocadura en Belem, pasando por Manaus y Santarem.
Con el dinero de la venta se fueron a recorrer Oceanía. En Iguazú cogieron un vuelo a Auckland a finales de 2011. Allí compraron un pequeño monovolumen, fueron a un bricolaje, pidieron prestada una caladora y en una tarde lo convirtieron en un pequeño cámper. Ya tenían casa rodante para recorrer Nueva Zelanda.
Tuvieron la suerte de que se celebraba el campeonato mundial de rugby y en todos los pueblos ponían pantallas gigantes en el polideportivo. Los maoríes les enseñaron a bailar la haka (la danza guerrera para asustar al adversario). Al cabo de varios meses revendieron el vehículo y volaron hasta Sídney.
Ya en Australia repitieron la jugada: compraron un coche familiar, lo camperizaron y se fueron a recorrer este enorme país. Estaban a principios de 2012 y por ser verano sufrieron unos calores terribles. Tal vez por eso lo que más les gustó fue bucear en los arrecifes de coral del Noroeste. Al final del viaje de vuelta a Sídney, el día en que iban a vender el coche el motor se rompió en la autopista. Su gozo en un pozo. Para quitarse las penas compraron billetes de avión a Bangkok y recorrieron el Sudeste Asiático de mochileros. Y para que no se les olvidara rodar, de vez en cuando alquilaban motos.
Volaron de regreso a Bilbao y así completaron la vuelta al mundo. Pero claro, no iban a quedarse quietos. Compraron un pick up y comenzaron un nuevo viaje por África.
Arrancaron en octubre de 2012 dirigiéndose al sur por la costa atlántica. Les gustó muchísimo Angola, un país que se estaba recuperando de una larga guerra. Llegaron a Namibia en mayo de 2013 y dedicaron casi año y medio para recorrer África Austral y visitar sus maravillosos parques nacionales hasta mediados de 2014.
Volvieron a poner rumbo norte esta vez por la costa del Índico. Llegaron así a Sudán, donde se embarcaron a Arabia Saudita, para en un rápido tránsito entrar en Jordania. Desde allí fueron a Israel y Palestina, donde les tocó presenciar cosas terribles; la realidad supera con mucho lo que allí se les cuenta en los medios de comunicación.
Se embarcaron desde Israel hasta Italia y de vuelta a Euskadi por carretera en 2015.
Como el pick up se portó tan bien recorriendo África, decidieron regalarle una célula cámper nueva. Mientras se ejecutaba este proyecto se propusieron llegar por tierra hasta Tokio.
En una combinación de autobuses fueron a San Petersburgo. Desde allí en el Transiberiano hasta Vladivostok; ahí compraron bicicletas, alforjas, tienda de campaña, etc., y en un ferry llegaron a Donghae, en Corea del Sur; pedalearon hasta Busan, donde cogieron otro ferry a Fukuoka en Japón.
Viajar en bici por Japón es una gozada; todo el mundo respeta al ciclista, tanto en carretera como en las ciudades, está permitido poner la tienda de campaña en cualquier parque para pernoctar y los baños están impolutos, hasta con agua caliente. Además, comer un menú en un restaurante es barato. Aunque también les pilló más de un tifón por el camino.
Después de llegar a Tokio volvieron de vuelta a Bilbao. Para probar la célula nueva en 2016 hicieron un viaje a Islandia y una escapada a Marruecos.
Al ver que todo funcionaba bien emprendieron viaje hacia Asia en mayo de 2017. Ese invierno lo pasaron en la Península Arábiga, visitando Emiratos y Omán. De vuelta en Irán en 2018, su objetivo era ir por tierra hacia el Este lo más lejos posible. Y esta vez consiguieron llegar hasta Singapur.
Por el camino, ya en 2019, aparcaron la camioneta en Laos y fueron en autobús a Kunming en la provincia de Yunnan. Era su primera vez en China y les sorprendió muy gratamente. Se compraron unas bicis y equipamiento de acampada; fueron pedaleando hasta Macau y Hong Kong. Desde allí en trenes llegaron a Shangri-La, en las estribaciones del Tíbet y continuaron pedaleando de vuelta a Laos, donde revendieron las bicicletas.
Volvieron a poner rumbo al Oeste, con la intención de llegar a la Cordillera de la Pamir en el verano de 2020. Pero, por desgracia la Covid se interpuso en su camino, y estuvieron confinados en la India hasta que la Embajada les repatrió.
Anay Josu se conocieron en un viaje en velero, en los años 80. Su sueño era hacer un gran viaje y en 1991 dejaron sus trabajos y se dirigieron por carretera, en un viejo Land Rover siguiendo la costa atlántica, a Zimbabue. Allí estuvieron trabajando en escuelas públicas durante los años 1992 y 1993, aprovechando las vacaciones escolares para viajar por África Austral. En 1994 hicieron el viaje de vuelta hasta Bilbao, también por carretera, pero siguiendo la costa del Índico. Este viaje marcó sus vidas y decidieron enfocarlas por completo a viajar.
Ana y Josu serán entrevistados por el periodista Roge Blasco. Ha sido presentador del programa «Levando Anclas» desde 1984 y «La Casa de la Palabra» desde 1997. En 2022 se retiró, pero no ha dejado el periodismo: ahora tiene un canal de Youtube donde va subiendo entrevistas a viajeros.
Para las Jornadas IATI de los grandes viajes es un gran honor contar con Roge, que ha sido su musa, una fuente inagotable de conocimiento y de viajeros.