En abril de 2017, Cristina y Patricia subían a un avión rumbo Delhi. Se habían conocido tan solo nueve meses antes en el mismo aeropuerto donde se encontraban en ese momento, pero ahora no tenían casa, coche, trabajo, perro ni gatos. Solo sus mochilas.
Empezaron por India porque era el billete más barato. El país fue desafiante en todos los sentidos y les pasaron más anécdotas en dos meses en India que en casi todo el resto de su viaje 4 continentes en pareja.
Tras un par de semanas cruzaron a Nepal y pasaron un mes haciendo un voluntariado en un orfanato (y empezaron a entender la realidad de los voluntariados y el negocio que mueven). Volvieron a India con la idea de pasar seis meses recorriendo el país. Pero a los dos meses, Cristina sufrió una apendicitis y tuvo que ser operada de urgencias. Decidieron pasar la convalecencia en Tailandia.
Recorrieron el sudeste asiático, China, Corea del Sur y Japón durante un año y medio. Siempre utilizaban el transporte público, comían en restaurantes locales y dormían en casas y hostales locales porque creen que es la mejor manera de conocer un país y su gente. También visitaron varias organizaciones como Colabora Birmania (donde apadrinaron una niña), Amics del Nepal o Siargao Masaya en Filipinas.
Desde Japón tenían dos billetes de avión para Taiwán, pero Patricia fue diagnosticada de un posible tumor maligno y fueron repatriadas. Fue una vuelta triste y llena de miedos, muy diferente a la que imaginas después de estar 15 meses de viaje. Pero todo volvió a salir bien y unos meses más tarde, presumiendo ambas de cicatrices, se colgaron las mochilas de nuevo.
Regresaron al sudeste asiático para continuar después por Oceanía. En Australia compraron un 4×4 que fue su hogar los nueve meses que dedicaron a recorrer 26.000 km por el país. Hicieron un paréntesis para visitar Nueva Zelanda durante tres meses. En Australia se sintieron realmente libres, vivas, en contacto con la naturaleza y en comunidad con el mundo y todos sus habitantes. A estas alturas del viaje, se dieron cuenta de que ya no pensaban igual, que sus prioridades habían cambiado y que su futuro se planteaba de una manera muy diferente.
Después de un año en Oceanía volvieron a casa, pero solo de visita. Su siguiente destino era América, querían recorrer el continente en pick-up desde Alaska hasta Argentina. Cuando estaban en Nueva York, el Covid19 les hizo volver a casa.
Después del confinamiento, pusieron en marcha el plan B: recorrer Europa en autocaravana. Durante un año han estado calentando motores dando la vuelta a España y se han acostumbrado a vivir en cinco metros cuadrados con Baska, su perra pastora. Tras 4 años viajando por 4 continentes en pareja, ¡la aventura continúa!
Cristina es médica especialista en traumatología, además de escritora y dibujante en ciernes. Empezó a viajar pronto, primero con sus padres y cuando se lo pudo costear cruzó el Atlántico en un viaje universitario a Cuba. Ya no pudo parar de viajar y cada año visitaba un país diferente. Le gustan los preparativos de un viaje, coger un mapa y marcar lugares, aunque luego no vaya ni a la mitad de los sitios.
Patricia es psicóloga de formación, policía de profesión y filósofa de vocación. Viaja para conocer el mundo en el que vive y sus habitantes, y porque viajar es una de las cosas que más viva le hace sentir. Le encanta la fotografía y ver el mundo a través del visor de una cámara.