Rosa María Calaf y José Antonio Rodríguez, que en aquella época tenían menos de 30 años, partieron en 1973 a recorrer África en una furgoneta Pegaso prestada y pintada de colores. Dentro llevaban una moto Montesa. Un viaje que iba a ser de unos tres o cuatro meses acabó durando un año y medio. Hoy sería prácticamente imposible de llevar a cabo un viaje así.
Su viaje arrancó en Marruecos. Cruzaron el Sáhara por Argelia y siguieron por Níger, Burkina Faso, Mali, el golfo de Guinea, Nigeria, Chad, República Centroafricana y Congo. Tras atravesar Uganda y Ruanda llegaron al Índico y recorrieron Kenia hasta el norte. Después enfilaron rumbo sur y pasando por Zambia, alcanzaron Sudáfrica. Desde Namibia regresaron en un barco pesquero gallego cargado de langostinos.
Fue un viaje de muy difícil preparación, pues en esa época en España hasta conseguir mapas era complicado. Recurrieron a expertos como Kapuscinsky, colega reportero como ellos, a misioneros o a expertos del Zoo de Barcelona.
Era una época emocionante, alegre, en la que los países se acababan de independizar. Sin embargo, la logística fue el mayor reto. Tuvieron dificultades para conseguir suministros (gasolina, agua, comida…) y carreteras en muy mal estado, sin casi puentes para atravesar los ríos… En algunas etapas llegaron a hacer medias de 25 kilómetros ¡al día!
A lo largo del viaje se alojaron en muchas misiones que les brindaron apoyo, alojamiento, comida y, sobre todo, información en una época en que era muy difícil documentarse sobre el estado de las carreteras y la seguridad.
Bautizaron la expedición como “Livingstone II” en honor al explorador. Pusieron una placa que aún permanece en el monumento en Chitango, lugar donde fue enterrado su corazón.
Llevaban un magnetoscopio a manivela para grabar pequeños reportajes que fueron emitidos por RNE. A día de hoy son el único testimonio de este gran viaje que marcó sus vidas.
Rosa María Calaf ha sido una periodista pionera: ha sido la corresponsal con más larga y variada trayectoria de TVE, con 25 años de carrera en el exterior. Ha informado sobre política y economía, conflictos y catástrofes, cultura y sociedad. Ha explicado los acontecimientos y conocido a los personajes que han conformado la historia de las últimas cuatro décadas.
Abrió la corresponsalía de Moscú para la Unión Soviética, la de Viena para los países del Este-Balcanes y la de Hong Kong para la región Asia-Pacífico. Reestructuró la corresponsalía de Buenos Aires para América del Sur. Además, ha sido corresponsal en Nueva York para Estados Unidos y Canadá, en Roma para Italia y Vaticano y en Pekín, para China y Asia.
Hoy continúa viajando en coche todoterreno. Desde 2010 ha hecho grandes recorridos de varios meses por Australia, Sudamérica, Estados Unidos (Alaska) y Canadá. En el 2013, viajó desde Barcelona a Mongolia con regreso por Irán. En los últimos años ha recorrido Madagascar, Islandia y Groenlandia, Guinea Bissau y Sudán. Algunos de estos viajes los ha hecho en compañía de José Antonio.
José Antonio Rodríguez trabajó como realizador de TVE y fue subdirector de Informe Semanal y de En Portada. Por su profesión, viajó mucho, pero también lo ha hecho por vocación.
Cuando se jubiló hizo el Camino de Santiago, estuvo en Turquía, en Perú, en China y el sudeste asiático. Regresó al continente africano en su viejo Land Rover, navegó por canales y ríos de Europa y vivió durante tres años en El Cairo. Cuando cumplió 70 años se compró un todoterreno y salió a dar la vuelta al mundo en un viaje que duró cinco años (2007 – 2012). Tuvimos la suerte de que José Antonio viniera a compartirlo en las Jornadas de los grandes viajes de 2014. Tras esta vuelta al mundo ha seguido viajando, en muchas ocasiones con Rosa María.
A Rosa María Calaf y José Antonio Rodríguez los entrevista Marc Serena, periodista, escritor y director de documentales. Cuando tenía 25 años dio la vuelta al mundo para convivir con 25 personas de 25 años de 25 países para documentar sus realidades. De ese viaje publicó un libro, La vuelta de los 25 (Ediciones B, 2011), que fue traducido a cinco idiomas.
Años después visitó 15 países de África para investigar sobre las que considera las personas más vulnerables del continente: gais, lesbianas, bisexuales, trans e intersexuales. Para hacerlo se cargó una mochila y cruzó el continente a la búsqueda de historias de amor (y sexo) prohibido. Un viaje que le llevó a conocer a la cantante caboverdiana Cesária Évora pocas horas antes de su muerte; a asistir a bodas clandestinas de Costa de Marfil; a manifestaciones en Túnez, a discotecas en Ghana y a la prisión (casi por dentro) de Camerún. El resultado de este viaje fue el libro ¡Esto no es africano! Del Cairo a Ciudad del Cabo a través de los amores prohibidos (Ed. Xplora, 2014) y el documental Tchindas (2015), que recibió varios premios y fue muy aclamado por la crítica.
Además, ha dirigido los documentales Peces de agua dulce (en agua salada) (2018) y El escritor de un país sin librerías (2019).